Miedo al mareo
Desde este espacio hemos hablado muchas veces de uno de los motivos de consulta más frecuente de la medicina: el mareo y su forma mas específica: el vértigo. Referido a este último hemos dejado claro que su causa es siempre una afección en el laberinto, sin embargo existen situaciones en las cuales no se detecta alteración alguna de la función del laberinto pero el paciente experimenta mareos. Este grupo de pacientes constituye una parte muy importante de la estadística de trastornos del equilibrio llegando a ser la segunda causa de los mismos en algunas series. ¿Cuál es la explicación?.
Se pueden plantear 2 situaciones diferentes:
a- El paciente ha tenido una afección en el laberinto
En este caso el problema orgánico está resuelto pero persiste el temor y el “desajuste” producido por esta situación que se manifiesta como una entidad llamada Vértigo Postural Fóbico, en el mismo hay inestabilidad al caminar o pararse, espontáneamente o desencadenado por estímulos sensoriales o sociales, generalmente con ansiedad, habiendo una personalidad obsesiva previa.
Otra variedad de esta situación es el llamado Vértigo Visual en el cual situaciones de mucho estímulo visual como caminar entre las góndolas de un supermercado, producen mareos, en este grupo está demostrada una mayor dependencia de la visión para mantener el equilibrio.
b- El paciente no tiene ni ha tenido una afección en el laberinto
El cuadro más relevante son los Ataques de Pánico. Son ataques inesperados y repetitivos seguidos de preocupación permanente de volver a padecerlos. Para pensar en este diagnóstico se deben dar por los menos cuatro de los siguientes síntomas juntos por los menos 1 vez por semana:
1- Falta de aire
2- Mareos, inestabilidad o pérdida de la conciencia
3- Palpitaciones
4- Temblor o sacudidas
5- Sudoración
6- Sofocación
7- Nauseas
8- Despersonalización o desrealización
9- Adormecimiento o cosquilleo
10- Escalofríos
11- Dolor, molestia precordial
12- Miedo a morir
13- Miedo a “volverse loco” o perder el control
Indudablemente situaciones tan complejas obligan a hacer diagnósticos diferenciales con múltiples entidades, sobre todo neurológicas, y deben ser manejadas por el especialista.
Cuando se comprueba alguno de estos diagnósticos entra en acción, mas que nunca, el trabajo interdisciplinario que debe combinar manejo de ciertos medicamentos, terapia física y psicoterapia específica. Con este enfoque la enorme mayoría de los pacientes superan sus dificultades volviendo a una vida completamente normal en un corto tiempo.